Antes que nada, para entrar en este tema es necesario conocer la importancia que tiene para una mujer el entregarse a un hombre al tener relaciones sexuales, pues esto trae diversas consecuencias, un ejemplo de éstas es el hecho de SER PADRES.
Cuando se decide a tener relaciones, es de extrema importancia que se sepa con anticipacion todas las consecuencias que esto pueda tener, y para poder conllevarlas es necesario tener ciertas características. Ahora hablaremos sobre la responsabilidad de ser padres.
Nuestra personalidad y madurez en la vida adulta no son producto de la casualidad, sino de haber pasado, de manera más o menos exitosa y sana, una serie de etapas que nos han ido formando.
Podríamos pensar en múltiples facetas para medir el éxito, pero cada persona elegirá en función de lo que más valore. Para muchos, lo importante será haber llegado a adultos con un buen carácter; para otros, estar a gusto con la profesión que han elegido o tener una economía desahogada; para la mayoría, tener una familia y unas relaciones afectivas satisfactorias; para nuestros lectores, seguro que tener unos hijos maravillosos.
Pero hay una faceta que nos parece especialmente importante: la responsabilidad con que desempeñamos las distintas tareas que nos surgen en la vida, entre ellas la de ser padres. Y la responsabilidad consiste, básicamente, en tomar decisiones y aceptar sus consecuencias.
Pues bien, hay dos áreas concretas en donde la responsabilidad recae, fundamentalmente, en los padres: la educación y el cuidado diario de los hijos.
Los profesores colaboran de forma importantísima en la educación de los hijos, y son un apoyo a los padres, pero, excepto en familias con graves problemas, son estos los responsables de la educación de sus hijos. Pensar “que me lo eduquen en el colegio”, ni es toda la verdad, ni es lo más deseable. Desde la escuela se trasmiten conocimientos, que son una parte importante de la educación, y, también, se trasmiten valores y normas. Pero consolidar esos valores que queremos que muevan a nuestros hijos en la vida, es nuestra responsabilidad.
Lo mismo ocurre con la salud, y los pediatras lo percibimos con frecuencia en la consulta; algunos padres y madres parece que necesitan que veamos casi a diario a sus hijos, que repitamos la misma indicación ante problemas leves, porque tienen una gran inseguridad en los cuidados diarios. Este hecho, que parece intrascendente, puede significar que algún miedo les paraliza, que carecen de recursos propios o bien que en su vida hay demasiados conflictos para sentirse capaces de tomar decisiones. Y estas familias pueden saturar las consultas y hacer que demoremos la atención a otros niños que realmente la necesitan. La seguridad absoluta sobre la buena evolución de un catarro, una diarrea o unas anginas, nunca la tenemos, ni siquiera los médicos, pero asumimos la gran probabilidad de que vaya bien y así lo trasmitimos a los padres. Esta es nuestra responsabilidad. Pero lo más importante es que, cuando un padre o una madre atienden y consuelan a su hijo en casa con cualquier tipo de problema leve, le transmiten seguridad, le acompañan en su malestar y se lo hacen más soportable, están colaborando a su propia madurez y a la del hijo.
Asumir en esa tarea la responsabilidad que les corresponde, enseña indirectamente al niño o la niña a tener paciencia y a tolerar las incomodidades y pequeños sufrimientos que , inevitablemente, todos tenemos que pasar en la vida. Sin embargo, los padres angustiados por esa remota posibilidad de que un problema menor de salud evolucione mal, que acuden constantemente a consulta, aunque el niño esté contento, porque persisten las molestias, la fiebre o la diarrea, pueden trasmitir al niño una tremenda inseguridad e intolerancia frente a molestias leves, a la vez que ellos mismos perpetúan esa falta de confianza en sí mismos. Estamos seguros de que cualquier padre o madre suficientemente sensato es capaz de valorar la gravedad de un niño aunque no disponga de demasiados conocimientos, sólo que, en ocasiones, existen obstáculos que les impiden tomar decisiones, impulsándoles a buscar fuera las soluciones sin valorar su propia capacidad.
Ser padres es un ejercicio permanente de toma de pequeñas y grandes decisiones, desde la decisión misma de tener un hijo, hasta quién le cuidará cuando finalice la baja maternal, establecer normas educativas, etc. Las personas que sólo funcionan en base a normas dictadas por otros, sin tomar iniciativas, aquellas que necesitan que alguien les diga lo que hay que hacer en todo momento, son menos maduras y trasmitirán esto a sus hijos. Pero también pueden mejorar si reciben apoyo por parte de los profesionales, en forma de contención emocional a su propia inseguridad y conocimientos sencillos para cuidar la salud de los suyos.
Tanto las funciones básicas educativas como los cuidados de salud forman parte del ejercicio de la responsabilidad como padres, con el horizonte de la madurez como una de las metas más importantes de la crianza. Las familias y los profesionales que las atienden pueden apoyarse mutuamente en esta tarea.
Ahora les dejo un video, en el que se muestran distintas imágenes acerca del aborto.
Deben saber que el aborto para cierta gente, es una buena opción antes de comprometerse a ser padres, pero sigue siendo una opción para salvarse.
Disfrutenlo :)